¿Dónde Está Que No La Veo?

El clóset está demasiado repleto de los regueros que hemos querido ocultar en el, ya la puerta no se puede cerrar bien. Todo el sucio que hemos escondido debajo de la alfombra se está comenzado a ver. Es hora de enfrentar la realidad, ya la ignorancia no nos está dando resultado. Los niños ya saben que les estamos mintiendo, ya no se puede continuar con el mismo miedo de confesar la realidad, no podemos seguir huyéndole a nuestras inseguridades, las estructuras viejas están colapsando. Ya no quedan recursos, todo está transparente, ya sabemos que nuestros líderes nos mienten, que sus promesas están vacías. Le hemos perdido la confianza a las religiones, no sabemos dónde buscar la solución, dónde encontrar la verdad. Estamos cansados de buscar, cansados de dejarlo en manos de algo fuera de nosotros mismos. ¿Será hora de buscar dentro de uno mismo? Pero ahí no puede haber nada que buscar – todo lo que está dentro de uno ha sido sembrado por la sociedad que no ha hecho nada más que mentirnos una y otra vez. Estamos llenos de mentiras, ya no las sabemos todas de memoria. ¿Dónde buscamos entonces? Tiene que haber una respuesta, una solución, una verdad. ¡Claro que la tiene que haber! ¿O no? ¿Qué tal si la respuesta, la solución y la verdad sólo pueden ser encontradas cuando la dejamos de buscar? ¿Qué tal si la única mentira es que de hecho hay algo que encontrar? ¿Qué tal si ya lo tenemos todo en frente de nuestras propias caras y no lo podemos ver porque nos han convencido de que hay algo más? ¿Y si éste “algo más” es la mentira que han usado como carnada para mantenernos soñando con un mañana mejor? Esta es la mejor manera de controlarnos, prometiéndonos un país perfecto, una vida mejor, un mundo mejor. ¿Pero mejor que qué? ¿Acaso podemos mejorar el trabajo de Dios? Cuando se acabe tu búsqueda, tu empeño con el futuro, ¿de qué se va a tratar tu vida? ¿Para qué vivirás? Eso es lo que más miedo nos da, una vida sin propósito. Tu propósito no es mejorar el mundo, es disfrutar del mundo tal y como es, no como tú quieres que sea. Esa idea de un mundo mejor que tienes en tu mente es el sueño que te ha plantado la sociedad para mantenerte dormido y poder controlarte. ¡Despierta! Lo que ves a tu alrededor es lo que tienes. Disfrútalo o llora por las injusticias e imperfecciones de la vida. Esas son las únicas dos opciones: vivir dormido o vivir despierto.
© Gabriel Weiner Jáquez - Todos Los Derechos Reservados