En la fecha que
escribo esto, tengo 31 años de edad. Y escribo este artículo como una
declaración y confesión consciente y directa de mi experiencia interna
en el mundo en el año 2015.
Hay varios niveles.
En mi desarrollo personal, he visto que la fuerza a la que he aprendido a
llamar condicionamiento-kármico-egocéntrico/odio-propio, se hace pasar
constantemente por aquel concepto nebuloso al que llama “la gente.” Este
condicionamiento-kármico-egocéntrico/odio-propio
constantemente
juega el
juego cruel de decirme lo que “la gente” piensa de “mí.”
En este juego cruel,
me ha dicho por mucho tiempo que "la gente" “no me
respeta y no me quiere.” Y desde hace poco a veces me ha dicho que "la gente" “me respeta
muchísimo y me adora más de la cuenta.”
Lo más cruel de este
juego agotador y generalmente inconsciente es que se siente sumamente
real y es sumamente contradictorio y patológico.
Por ejemplo, por el
momento, el juego está en la onda de decirme que “la gente me ve y piensa que estoy
bien, que soy perfecto, que no tengo problemas y que soy el hombre más
feliz e iluminado que conocen. Pero no saben que soy igual que todos
ellos, que tengo problemas financieros, emocionales y espirituales como
todos ellos. Que a pesar de ser cierto que he tenido un despertar en el
cual vi más allá de ego, que todavía mi vida está en un proceso intenso
de sanación, reparación y purificación increíblemente difícil de
expresar y de entender por personas que no han tenido el despertar
espiritual que yo he tenido." Traducción: "mi vida es extremadamente
compleja y diferente a la de los demás y soy un ser sumamente especial y
único. Por el otro lado de la moneda, cuando el condicionamiento-egocéntrico-kármico/odio-propio decide cambiar de estrategia y hacer de “mí” otra cosa para llamar más la atención, me dice cosas como “la gente sabe que estás tratando de fingir ser algo que no eres. Sabe que eres un caos total, que estás loco y que no sirves para nada. Todo el mundo sabe que todo lo que dices es mentira y no creen en ninguno de los disparates que dices."
A los 31 años,
todavía la fuerza que el
condicionamiento-egocéntrico-kármico/odio-propio genera es muy poderosa
e influyente en mi experiencia como individuo. Es un acto que hasta la
fecha ha tenido
una fuerza increíble en mi vida.
Claro, inmediatamente
declaro esto, comienzan los demás juegos de "como la gente lee e
interpreta todo esto." Y dentro de estos, están los polos opuestos de “vaya,
¡qué muchacho más
iluminado y consciente!” y “¡qué muchacho más lleno de problemas!” Y
como si fuera poco, luego
entra la “observación nueva” de que “yo estoy polarizado y sólo veo dos
extremos. Que hay más de dos extremos, que no todo es blanco y negro,
que también hay diferentes grados de gris en el medio.” Y justamente
después de eso entra el “piensas demasiado, todo es mucho más sencillo
de lo que parece,” al cual entra la respuesta interna “yo sé todo esto.” En fin, el mundo y la conversación que están ocurriendo en el nivel del condicionamiento-egocéntrico-kármico/odio-propio es enorme. Y a pesar de que nada está viniendo del Ser auténtico, la imponencia, la fuerza y la familiaridad de las voces de este mecanismo poderoso y repetitivo es verdaderamente enorme. Tan enorme que literalmente crea el universo que experimento cada vez que entro en el trance masivo de esta ilusión poderosa.
¿Por qué documento todo
esto? Porque le quiero dar peso y solidez a la realidad del fenómeno del
condicionamiento-egocéntrico-kármico/odio-propio.
Porque no quiero fingir más que esto no está y continúa ocurriendo en mi
psique. La verdad es que todavía ocurre y no me interesa continuar en la
inconsciencia y el olvido de esta situación.
Cuando comencé a
iluminarme (a hacerme consciente) entré al terreno de la consciencia con mucha ingenuidad y
entusiasmo. Mi falta de experiencia en el asunto me hizo ver a la
meta a la vuelta de la esquina. Y para empeorar el asunto, los
libros que estaba leyendo y las charlas y programas que estaba
escuchando, vivían enfatizando el mensaje de que es tan fácil y tan
simple como simplemente respirar.
Y es ahí que está el
dilema y la paradoja. A pesar de esto ser cierto en un nivel, en otro
nivel, la recompensa está sumamente distante, con muchos pasos que tomar
y mucho tiempo por pasar antes de llegar a la meta. Y la meta
evoluciona a medida que vamos por el camino.
Hoy en día no tengo
duda de que el obstáculo
principal es el condicionamiento-egocéntrico-kármico/odio-propio que lo
distorsiona todo. Especialmente cuando hay una dosis
grande de juventud e ingenuidad en el sistema.
La práctica
espiritual y el proceso el cual esta envuelve son sumamente peligrosos y
están llenos de minas y trampas sumamente difíciles de detectar.
Especialmente por el rol que juega el
condicionamiento-egocéntrico-kármico/odio-propio en el viaje. Está ahí
para distorsionar, apagar y matar la corriente hacia la consciencia, la
madurez y el despertar. Es un obstáculo que no se puede subestimar en
ningún momento. Es sumamente sagaz y malintencionado. Quiere confundir,
herir, dañar, estancar, atrasar y destruir al practicante espiritual. Y
es sumamente difícil de ver y detectar porque se hace pasar por uno de
una manera sumamente convincente.
Por último, cada vez
que comienzo a perseguir un interés que me apasiona mucho, comienzo
con mis expectativas
inhumanamente
elevadas de lo que voy a lograr (gracias
al condicionamiento-egocéntrico-kármico/odio-propio, claro). En el caso
de mi búsqueda espiritual comencé pensando que iba a llegar tan lejos
que iba a dejar de ser humano y me iba a convertir en algo más allá y
muy por encima de toda la humanidad. No me iba a sentir triste nunca
más, no me iba a cansar, no iba a fracasar en nada y no iba poder
relacionarme o identificarme con más nadie por el estatus de dios
sobrehumano que supuestamente iba a conseguir. No lo sabía con claridad pero era mi
meta. Estaba en el negocio de trascender por completo mi humanidad. El
escribir una declaración como esta no estaba en mi futuro. Eso sólo iba
a ser para mortales inferiores que no se habían iluminado como lo iba a
hacer yo.
Hoy he visto que el
concepto de la iluminación ha sido frecuentemente utilizado por el
condicionamiento-egocéntrico-kármico/odio-propio como un instrumento de
tortura (de la misma forma que utiliza cualquier cosa para torturarme).
Lleno de promesas falsas, ilusiones, fantasías y mentiras, como siempre,
esta fuerza se ha aprovechado de mi juventud, ingenuidad y falta de
experiencia de formas sumamente crueles y abusivas. Lo que más duele es
que la alternativa es tan silente, omnipotente, omnipresente y grandiosa
que es sumamente difícil de detectar para alguien profundamente
condicionado a sólo percibir lo escandaloso. |
© Gabriel Weiner Jáquez - www.gabrielweinerjaquez.com